Errores comunes al limpiar espejos y vidrios
Lograr que los vidrios y espejos queden impecables puede parecer una tarea sencilla, pero en la práctica muchas veces aparecen rayas, manchas o restos de polvo. Esto sucede porque solemos cometer ciertos errores sin darnos cuenta.
Con pequeños cambios en la rutina de limpieza y sin esfuerzo extra, podés conseguir superficies brillantes, nítidas y sin marcas.
Errores más frecuentes:
Usar el trapo equivocado: las toallas de papel o trapos que sueltan pelusa dejan restos visibles.
Exceso de producto: poner demasiado limpiador genera vetas y hace más difícil el secado.
Limpiar bajo sol directo: la luz acelera el secado del producto y deja marcas.
Pasar siempre en la misma dirección: al no alternar, quedan zonas con residuos sin detectar.
Ignorar los bordes: suelen acumular polvo y humedad, y si no se limpian, ensucian otra vez el vidrio.
Cómo hacerlo bien:
– Usá paños de microfibra o papel de diario, que no dejan marcas.
– Aplicá el limpiador en pequeñas cantidades, mejor si lo pulverizás directamente sobre el paño y no sobre el vidrio.
– Elegí un momento del día sin sol directo sobre la superficie.
– Pasá el paño en movimientos verticales y horizontales, alternando.
– Prestá especial atención a los bordes y esquinas.

