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7 hábitos que la gente mayor ve como educados, pero que los jóvenes consideran molestos

Costumbres que alguna vez fueron símbolo de cortesía, hoy generan cansancio entre los más jóvenes. Un análisis desde la psicología.

Según la psicología, ciertas conductas asociadas a la educación y los hábitos sociales pueden tener un efecto contrario al esperado, sobre todo entre generaciones. En tiempos donde la salud mental y la gestión del tiempo ganaron terreno, muchas actitudes que la gente mayor considera respetuosas resultan agotadoras para los más jóvenes.

La brecha generacional no solo se refleja en gustos musicales o en el trabajo, sino también en la manera en que se entienden los modales. Lo que antes era sinónimo de cortesía, hoy puede percibirse como invasivo o innecesario.

La cultura del bienestar emocional y las nuevas formas de comunicación resignificaron muchas interacciones cotidianas.

1- Llamar por teléfono sin avisar

Para muchas personas mayores, una llamada inesperada es un gesto de cercanía. Sin embargo, para los más jóvenes, este acto suele interpretarse como una intromisión.

En un mundo donde gestionar el tiempo es clave, enviar un mensaje previo preguntando si se puede llamar se transformó en una norma de respeto.

2- Aparecer en una casa sin previo aviso

El clásico “pasaba por acá” que antes se veía como una muestra de confianza, hoy genera estrés innecesario. El hogar funciona como un espacio de descanso y muchos priorizan el orden, el silencio o el trabajo remoto.

Coordinar visitas con anticipación demuestra consideración por la rutina del otro.

3- Hacer comentarios sobre la apariencia física

Frases como “te veo más flaco” o “qué bien te queda ese pantalón” pueden sonar amables, pero para muchos jóvenes implican juicios de valor no deseados.

Hoy se prioriza el respeto por la imagen corporal y la salud mental, por lo que elogiar logros o emociones resulta mucho más valioso que comentar el aspecto físico.

En un mundo donde el cuidado de la salud mental y la organización del tiempo son prioridades, repensar ciertas costumbres puede mejorar las relaciones entre generaciones y permitir interacciones más empáticas, equilibradas y respetuosas (Foto: Adobe Stock).

En un mundo donde el cuidado de la salud mental y la organización del tiempo son prioridades, repensar ciertas costumbres puede mejorar las relaciones entre generaciones y permitir interacciones más empáticas, equilibradas y respetuosas (Foto: Adobe Stock).

4- Dar consejos sin que nadie los pida

Para muchas personas mayores, ofrecer consejos es un acto de cariño. Sin embargo, si no fueron solicitados, pueden sentirse como críticas encubiertas.

Mostrar empatía antes de opinar o preguntar si la otra persona desea una segunda opinión permite mantener el vínculo sin tensiones.

5- Reenviar cadenas o mensajes masivos

Los mensajes con oraciones, chistes o videos que circulan en grupos familiares pueden saturar a quienes ya están expuestos a múltiples notificaciones, especialmente si se envían sin contexto.

La curaduría personalizada y compartir contenidos relevantes generan mejor conexión que los reenvíos constantes.

6- Extender charlas triviales

Lo que para la gente mayor puede ser una charla amena, en contextos laborales o digitales muchas veces se percibe como una pérdida de tiempo.

La brevedad y la claridad son valoradas por quienes manejan múltiples tareas, y los saludos cortos con objetivos claros ayudan a que la interacción fluya sin desgaste.

7- Insistir para obtener una respuesta

Frases como “solo te escribo para saber si viste el mensaje” generan presión innecesaria. Para muchos jóvenes, la insistencia excesiva se percibe como una forma de control.

Respetar los tiempos de respuesta según cada canal de comunicación (correo, WhatsApp o redes) es clave para mantener un vínculo sano y respetuoso.

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